Año Nuevo, ¿Dieta Nueva? ¡No! Gracias.


Dieta. Que palabra con connotaciones más horribles tiene, ¿verdad? jajajajaja

Pero, la realidad, es que la mayoría de mujeres (y cada vez más hombres) del mundo occidental harán al menos una dieta en su vida.

La verdad es que suena a algo malvado, tal vez por eso sea conveniente cambiar el chip y la palabra por algo que debería ser lo correcto: Alimentación saludable.

Nos hemos malacostumbrado a alimentarnos a diario con muchas grasas, carnes rojas, precocinados, fritos,... Productos procesados que incluyen ingredientes malsanos como el aceite de palma, cantidades ingentes de azúcar y lactosa y/o gluten innecesarios (aún me duele ver chorizo que lleva lactosa).

Muchas veces comparamos lo que comemos (cantidad y recetas) con lo que comían nuestros abuelos y bisabuelos (los que podían comer, claro) y decimos que es lo mismo que comían ellos pero que ellos estaban delgados. Normal, ellos tenían que ir andando todos los días a por agua, nosotros sólo a la cocina. Ellos tenían que ir a todas partes andando o con transportes rudimentarios. Ellos tenían que buscar y cultivar/criar los alimentos o irse andando al mercado, nosotros bajamos al súper de la esquina.

La relación entre lo que comemos y lo que gastamos hoy en día no está equilibrado. Comemos mucho más y mucho más insano pero en cambio nuestra actividad física normal es muy inferior. De ahí que una de las pandemias de nuestros días en el mundo occidentalizado sea la obesidad.

De hecho, quien os escribe tiene problemas de obesidad desde hace años, aunque no tan relacionado con la comida como con otros problemas médicos que no vienen al caso. Esos problemas de peso y las infinitas "dietas" de infinitos endocrinos, nutricionistas y supuestos expertos en pérdida de peso me han ratificado en que LAS DIETAS NO SIRVEN DE NADA.

En realidad debemos volver a mejorar los hábitos alimenticios y los de nuestras familias.

No estoy eliminando todo lo "menos sano", pero si estoy sustituyéndolo por alternativas más sanas y dejando esos "caprichos" para momentos puntuales. Además de ajustar las cantidades al gasto real de una manera progresiva, nada de pasar de zamparse un pollo frito con dos kilos de patatas a comer una hoja de lechuga. Porque eso sólo crea ansiedad, debilidad, desórdenes alimenticios y vitamínicos.

La clave está en el equilibrio, en ir paso a paso, utilizando pequeños truquillos sanos e inocuos (como sustituir el plato grande por uno pequeño) e implicando a toda la familia.

Antes de iniciar este blog de cocina tenía un diario blog de mi bajada de peso. No era público, pero me ayudaba a mantener el orden en mi alimentación y he llegado a perder sin ayuda de fármacos ni nada 40 kilos. Pero llega un punto que hace falta pedir ayuda, más cuando ves que hay más personas como tú que también la necesitan. Así que año nuevo, proyecto nuevo.

A partir de ahora incluiremos en el blog consejos, truquillos, anécdotas,... para llevar a cabo una alimentación más sana, equilibrada y sin sacrificios ni milagros.

Además iremos recopilando más recetas sanas y ligeras para facilitarnos elaborar nuestros menús.

Come para vivir, no vivas para comer.

Nos leemos pronto... ¡buenas cocinillas a todos! ^_^

Comentarios

Entradas populares