La sal, ¿amiga o enemiga?


La sal creo que es uno de esos productos que están en la mayoría de los hogares, que se usa en casi todas las preparaciones, incluso en muchas dulces, pero que a la vez tiene cierta controversia.

En los comentarios de un vídeo en Youtube del gran bloggero-cocinero Txaber Allué, alias El Cocinero Fiel,  surgió el tema de la sal, de su uso y/o abuso. De ahí que lo haya elegido como uno de los primeros temas del blog.

¿Buena o mala?
Desde hace mucho tiempo está demostrada tanto la bondad gastronómica de la sal como el perjuicio médico que causa si se abusa de ella. El problema es que muchas personas piensan que mientras no se tenga una enfermedad que te obligue a controlar la sal, se puede hacer uso y abuso... ¡error!

La sal en su justa medida potencia los sabores de las comidas y aporta beneficios a la salud. Y recalco mucho lo de en su justa medida, porque más allá de ahí, a corto y largo plazo, estaríamos haciendo un grave perjuicio a nuestra salud.

¿Y qué podemos hacer sí nos gustan las comidas sabrosonas? Yo soy la primera que se define como una persona muy salá, y no me refiero a mi desperpajo jajajaja Me gusta la sal, el sabor sabroso, pero por salud y sentido común, controlo la cantidad que echo pero sin renunciar al sabor. ¿Cómo? Sustituyendo el exceso de sal por especias.

Las especias, también en su justa medida, nos aportan no sólo sabor, si no también nos aportan color y múltiples propiedades. Más adelante iré haciendo monográficos de diferentes especias para que las vayamos conociendo a fondo y le quitemos el miedo a usarlas ^_^

Beneficios de la sal (algunos de ellos):

- El sodio de la sal ayuda al control de la presión sanguínea, de ahí que sea importante tanto no abusar, cómo no quedarnos cortos.
- Necesitamos la sal tanto para respirar como para la digestión.
- El yodo, lo contiene la sal yodada, es indispensable para el buen funcionamiento de las hormonas tiroideas, ayudar a sintetizar el colesterol, ayuda a quemar el exceso de grasa, cuida de nuestras uñas, cabello y dientes.

Perjuicios por abuso de sal (algunos de ellos):
- Retención de líquidos.
- Irritación estomacal (incluidos ardores).
- Alta presión arterial.

Perjuicios por carencia de sal (algunos de ellos):
- Baja presión arterial.
- Apatía.
- Anorexia
- Colapsos circulatorios.

Hay algunos falsos mitos referente a la sal, como que engorda. La sal en sí no engorda, de hecho, no aporta calorías. Si bien es cierto que su consumo suele retener líquidos y su exceso nos causa sed, obligándonos a consumir bebidas u otros alimentos para compensarlo.

El consumo diario de una persona sana no debería sobrepasar los 5-6 grs. al día. Lo que viene a ser una cucharada de postre. Si quieres saber si tu consumo diario es el apropiado, puedes usar esta divertida herramienta online Calcula la Sal.

El problema no suele ser la cantidad que nosotros usamos en nuestras preparaciones caseras, si no el aporte de sal que las empresas alimenticias dan a los productos preparados. Por eso no está de más mirar las etiquetas... de eso también hablaremos largo y tendido en su propia sección.

Tipos básicos de sal :
- Sal común: es la sal extraída de las canteras de sal. Básicamente es cloruro sódico junto a algún antiaglomerante.
- Sal yodada: es la sal común a la que le han incorporado yodo. Es la versión económica más sana, dado que a los beneficios de la sal, se unen los beneficios del yodo.
- Sal marina: está sal se extrae de salinas. Tiene menor cantidad de cloruro sódico, el resto son otros oligoelementos como calcio, cloruro de magnesio, potasio, yodo y manganeso.

Pero hoy en día conocemos muchos tipos de sal de diferentes calidades, texturas y sabores. Algunas de las más conocidas son: sal maldon, flor de Sicilia, ahumada, del Himalaya, azul de Persia, rosa de Perú, roja de Hawai... Aunque una de mis favoritas, a lo mejor porque también de las más originales, es la sal de vino que nos enseñaron en el restaurante Pelegrí. Restaurante del que haré una reseña porque merece mucho la pena.

Sea como fuera, confieso ser una defensora absoluta de la expresión "la sal de la vida". Siempre, y como en todo, en su justa medida da vidilla a los platos y vida a nuestro cuerpo. Así que, consumamos sal con cabeza y sentido común.

Nos leemos... ¡buenas cocinillas a todos!

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